Y de respuestas aún menos concretas: No sé.., lo que tu quieras..., a mi no me apetece mucho pero si tu quieres ir,... bueno según vayamos viendo...
Para acabar no haciendo nada.
Hartos de no concluir ningún proyecto, un día al fín llegamos a admitir algo que no es un delito sino un hecho normal: que lo que le apetece a uno no le apetece al otro.
De alguna manera teníamos que darnos satisfacciones sin poner en compromiso nuestro equilibrio: y ahí que se nos ocurrio una gran idea que aquí os presento:
LA CAJA DEL FINDE.
La caja consiste en lo siguiente:
Una regla: algo en lo que nuestra pareja pueda participar y podamos involucrar a nuestro hijo.
0 comentarios:
Publicar un comentario